La sanidad penitenciaria en imágenes
Efectos locales de algunas drogas
José Mª Sobrón
Facultativo de Sanidad Penitenciaria
Las imágenes que se muestran en esta sección corresponden a un varón de 36 años que, si bien en la actualidad no es consumidor de tóxicos, comienza su aventura con las drogas por vía endovenosa hacia los 16 años, y a diferencia de hábitos más comunes en esa época, se inyecta preferentemente una mezcla de cocaína y heroína en una proporción de 10 a 3 respectivamente, utilizando, en un principio, tercio distal de ambos antebrazos, para llegar a utilizar posteriormente cualquier zona accesible del cuerpo, preferentemente las piernas.
Hacia los 10 años de consumo compulsivo
por esta vía, y cuando ya no existe
prácticamente acceso a venas, la extravasación
de los tóxicos, sobre todo la
cocaína, junto a la proliferación de abscesos,
comienzan a provocar una patología
de tipo retráctil en torno a las zonas de inyección
con pérdida absoluta de las capas
grasa y muscular del tercio distal de antebrazos,
quedando las estructuras óseas y
tendinosas cubiertas de una delgada piel
como si se tratara de una disección anatómica,
y comenzando los fenómenos retráctiles
que fueron alterando la capacidad
articular de ambas manos, sobre todo derecha,
por retracción de las vainas tendinosas
extensoras principalmente de 1º y 2º
dedos, fijando prácticamente la articulación
carpiana en posición forzada dorsal.
Actualmente, una fina capa epitelial de tipo cicatricial sin apenas panículo adiposo recubre estas zonas que van a ser sometidas a cirugía plástica con exéresis de cicatrices y colgajo abdominal en dos tiempos.
Ahí está el resultado, entre otros (endocarditis, candidiasis oftálmica, etc), de más de 20 millones de pesetas, de las de antes, que se fueron a "través de la vena".
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