Papel de la Enfermería en la Educación para la Salud. Complejo QPS

F J Gutiérrez Serrano

Enfermero. C.P. Pamplona

 

INTRODUCCIÓN

La enfermería del siglo XXI se encuentra en un punto de inflexión crucial que marcará la pauta de su futuro desarrollo en plenitud. Esta revolución que garantiza la consecución de reivindicaciones históricas de la enfermería constituirá un antes y un después en el devenir de nuestra profesión.

En referencia a nuestro propio ámbito de actuación, la sanidad penitenciaria, qué decir de la significación que la disposición adicional sexta de la Ley de cohesión y calidad del Sistema Nacional de Salud en cuanto a la transferencia a las Comunidades Autónomas de los servicios e instituciones sanitarias dependientes de Instituciones Penitenciarias (IIPP) tiene para todo el colectivo sanitario de IIPP.

Para nosotros los enfermeros, esta erupción de proyectos que nos invita a asumir nuevos retos y más responsabilidades, nos obliga sin embargo a cada uno de nosotros a contribuir con nuestro esfuerzo, trabajo y dedicación, a la consecución de nuestras metas como colectivo.

Uno de estos retos es el papel que juega la enfermería en el desarrollo de la Educación para la Salud (EpS), y es aquí cuando se plantea el que podemos denominar COMPLEJO QPS, es decir:

• ¿QUEREMOS hacer Educación para la Salud? y si queremos,

• ¿PODEMOS hacer Educación para la Salud? y si queremos y podemos,

• ¿SABEMOS hacer Educación para la Salud?

La clave a este enigma que nos plantea el complejo QPS, se encuentra en la que en este caso denominamos RESPUESTA RAI, es decir:

• ¿Qué ROL queremos desempeñar?

• ¿Qué podemos y debemos ABARCAR?

• ¿Somos capaces de IMPLEMENTAR con eficacia actividades relacionadas con la Educación para la Salud?

 

¿QUEREMOS HACER EDUCACIÓN PARA LA SALUD?

ROL de la enfermería

En este punto del complejo QPS el único estamento implicado somos nosotros mismos, los enfermeros.

El rol que debe desempeñar la enfermería es aquel que implica el desarrollo de todas sus funciones1, la asistencial ampliamente desarrollada, la de gestión, la de docencia y la de investigación.

Para ello necesitamos asistirnos de un soporte básico que nos permita y facilite el logro de estos objetivos. Esta sólida estructura es la Consulta de Enfermería2. La consulta de enfermería nos permite gestionar nuestras actividades, como cuando y cuanto (función de gestión), a través de ella podemos realizar procedimientos y técnicas de enfermería, la consulta de ingreso, la consulta a demanda y la consulta programada, todo ello engloba la función asistencial. La consulta programada nos permite a su vez la puesta en marcha de los programas de salud (tuberculosis, VIH, adherencia al tratamiento, enfermedades crónicas, vacunas, etc.), del counselling o asesoramiento y de la Educación para la Salud, que forma parte de nuestra función como docentes. Esta sistematización de nuestro trabajo facilita el registro de todas las actividades y poder cumplimentar así un aspecto fundamental, la evaluación y a su vez constituye la base científica de futuras investigaciones (función de investigación).

Para desempeñar este rol que intentamos definir y encuadrarlo en el ámbito de la Educación para la Salud, hay que tener muy presente qué aspectos lo fundamentan y cómo desarrollarlo, es decir, definir nuestra función, actitud y aptitud3, 4. De esta última hablaremos más adelante.

Respecto a nuestra función debe estar encaminada a facilitar, ayudar, apoyar, motivar y orientar.

Nuestra actitud debe caracterizarse por favorecer la creación de climas tolerantes de entendimiento que favorezcan la comunicación. Esta es quizás la clave que nos permita desarrollar la Educación para la Salud en todas sus vertientes ejerciendo el papel que nos corresponde y que por otra parte se espera de nosotros.

Hay que tener en cuenta los siguientes aspectos:

— Mantener un comportamiento natural.
— Utilizar un lenguaje positivo.
— Ser positivo en nuestras valoraciones.
— Aceptar a las personas y sus situaciones.
— Evitar los juicios previos y las suposiciones.
— Dar a entender nuestro deseo de ayuda.
— Mostrar interés, proximidad y cercanía.
— Fomentar el diálogo entre iguales.
— Profundizar en la investigación de los problemas y sus causas.
— Intentar buscar soluciones conjuntas.
— Ser coherentes entre lo que pensamos, sentimos y expresamos.
— Controlar los sentimientos, las emociones y las fobias.
— Estar dispuestos a saber escuchar.
— Prestar atención al lenguaje no verbal.
— Facilitar la toma de decisiones propias.

 

¿PODEMOS HACER EDUCACIÓN PARA LA
SALUD ?

Si hemos decidido que queremos hacerla ejerciendo el rol necesario que acabamos de definir, la siguiente incógnita a desvelar es si podemos hacerla. En este punto del complejo QPS están implicados varios estamentos. Sin duda el primero seguimos siendo la propia enfermería pero además debemos tener en cuenta a los equipos médicos, a los centros penitenciarios y a la Dirección General de Instituciones Penitenciarias (IIPP).

Enfermería:

Debe quedar claro desde el principio, no sólo podemos sino que debemos. Existe una gran cobertura legislativa que nos indica, como decíamos en la introducción, hacia donde camina le enfermería del siglo XXI y en qué consiste esa revolución que nos otorga más autonomía y por tanto más responsabilidades, entre las cuales se encuentra indudablemente la Educación para la Salud. Son los siguientes:

Estatutos Generales de la Organización Colegial de Enfermería (noviembre 2001)5: Destaca el título III donde al hacer referencia a la misión y cuidados de enfermería menciona la prevención de la enfermedad y la promoción de la salud tanto al individuo como a la comunidad como principios básicos del ejercicio de nuestra profesión.

Ley de cohesión y calidad del Sistema Nacional de Salud (mayo 2003)6: Su disposición adicional sexta nos rescata del aislamiento y nos integra en los equipos de atención primaria de las distintas Comunidades Autónomas dando un gran impulso a la Educación para la Salud.

Ley de Ordenación de las profesiones sanitarias (noviembre 2003)7: Dota a la enfermería de autonomía y responsabilidades propias. Señala la Educación para la Salud como un principio general del ejercicio de las profesiones sanitarias.

Estatuto Marco del personal estatutario de los servicios de salud (diciembre 2003)8: Nos indica cuales son nuestros derechos y deberes. Entre estos últimos destaca en su artículo 40 el derecho a la carrera profesional, es decir a progresar en cuanto a conocimientos, experiencia y cumplimiento de objetivos, que podemos aplicar, como no, a la Educación para la Salud.

Reglamento Penitenciario9: En este caso no encontraremos un apoyo expreso al desarrollo de actividades relacionadas con la Educación para la Salud ya que aunque hace referencia a que desempeñaremos las tareas propias de nuestra profesión, entre las que estas actividades se encuentran, parece dar más prioridad a otras a las que según el reglamento estamos "particularmente obligados". Quizás en este aspecto el reglamento penitenciario ha quedado obsoleto.

Proyectos de futuro10: Como dato significativo de la revolución a la que la enfermería se enfrenta podemos señalar que la creación de una Licenciatura en enfermería y la implantación de seis especialidades puede ser una realidad en año y medio. Este dato nos debe de hacer reflexionar sobre la importancia de tomar las riendas en el desarrollo de la Educación para la Salud como tarea fundamental

 

Equipo Médico:

La propia dinámica del funcionamiento y composición interna del equipo médico, puede dar lugar a la aparición de determinados problemas que nos impidan desligarnos de nuestra tradicional organización en el trabajo, en detrimento de la puesta en marcha de actividades relacionadas con la Educación para la Salud.

Teniendo en cuenta que las particularidades de cada centro dan lugar a dinámicas propias y por lo tanto a problemas propios derivados de las mismas, podemos señalar algunos:

— Falta de personal.
— Cargas de trabajo.
— Reparto de tareas.
— Escasa motivación y mentalización.
— No priorización de la actividad.
— Dificultad para trabajar en equipo.
— Falta de apoyo.
— Problemas de relación.
— Considerar la Educación para la Salud una tarea no reglada ni sistematizada.

 

Centro Penitenciario:

De igual forma que en el punto anterior, cada centro reúne características diferentes aunque existen dos particularidades que pueden influir negativamente en la puesta en marcha de actividades de Educación para la Salud que son comunes a todos los centros:

— Condiciones del Centro Penitenciario:

• Estructura arquitectónica.
• Falta de espacios adecuados: despachos, salas.
• Masificación.
• Dificultades propias del grupo diana.
• Falta de personal.
• Predominio de lo regimental.
• Dificultad para colaborar con grupos externos: ONG.

— Resto del personal:

• Falta de colaboración.
• Poca motivación.
• Dificultad para formar y trabajar en equipos multidisciplinares.

—Instituciones Penitenciarias: Desde la dirección general nos llegan apuntes positivos y negativos que favorecen o no la puesta en marcha de proyectos de Educación para la Salud.

Aspectos positivos:

• Fomento de la implantación de la consulta de enfermería.

• Fomento del desarrollo de talleres, programa de mediadores, etc.

— Aspectos negativos:

• Falta de medios personales y económicos.
• Necesidad de unificar criterios y actividades de EpS.
• Creación de registros de estas actividades.
• Unificar los métodos de evaluación.

 

¿SABEMOS HACER EDUCACIÓN PARA LA
SALUD?

Esta incógnita constituye la tercera parte del complejo QPS. Si hemos llegado hasta aquí significa que hemos dado respuesta a las dos primeras partes del complejo QPS. Hemos decidido que queremos hacer Educación para la Salud y además estamos seguros de que podemos y debemos hacerla. Ahora llega el momento de implementar estas actividades y como en las otras partes del complejo, también en ésta están implicados varios estamentos. La enfermería sigue ocupando un lugar de privilegio y de nuevo está implicada Instituciones Penitenciarias.

Enfermería:

Debemos prestar atención a varios aspectos que comprometen la implementación de estas actividades. Qué formación tenemos11-13, el tipo de Educación para la Salud que deseamos realizar14-15 y nuestra propia aptitud16.

Formación: Es necesario estar preparados para:

• Trabajar en equipo.
• Elaborar programas de salud.
• Evaluación de los programas y actividades.
• Formación y manejo de grupos.
• Conocimiento y empleo de técnicas grupales.

— Tipo de educación para la Salud:

• Individual: consulta programada.
• Grupal: talleres, seminarios, charlas, etc.
• Programas: mediadores de salud.
• Técnicas de counselling o asesoramiento.

Aptitud: Hemos visto anteriormente como el rol de la enfermería se sustentaba en tres pilares básicos, función, actitud y aptitud. Respecto a esta última que podríamos definir como nuestra competencia profesional y enrelación a la Educación para la Salud se concretaría en el desarrollo de ciertas habilidades:

• Diálogo y comunicación.
• Manejo de grupos.
• Conducción de reuniones.

• Gestión de los recursos.
• Gestión del tiempo.
• Capacidad de síntesis.
• Adecuación de los objetivos.
• Ayudar a reflexionar.
• Ayudar a tomar decisiones propias.
• Liderazgo paritario.

 

Instituciones Penitenciarias:

Sería necesario por parte de IIPP mejorar el apoyo a la formación específica en Educación para la salud. Sobre todo en aquellos aspectos relacionados con el trabajo en equipo, la elaboración y evaluación de los programas y actividades, el manejo de grupos y el conocimiento y uso de las técnicas grupales.

Cabe destacar sobremanera que como inequívoco apoyo de IIPP al desarrollo de la Educación para la Salud vio la luz, hace apenas unos meses, la "GUÍA DE EDUCACIÓN PARA LA SALUD EN EL MEDIO PENITENCIARIO"17 que trata de dar respuesta a ciertas lagunas que hemos señalado a lo largo de esta exposición.

La guía nos invita a recorrer un trayecto donde podremos encontrar una visión global de la Educación para la Salud, sus conceptos y objetivos, como formar un equipo y elaborar un programa. Nos ayuda a conocer los grupos y como trabajar con ellos o como actuar individualmente. Nos indica como formar agentes de salud o como transmitir la información.

También tiene una parte práctica respecto a los contenidos fundamentales en nuestro medio y sin olvidar un aspecto fundamental nos ayuda a evaluar todas estas actividades.

La composición del grupo de trabajo que ha elaborado esta guía nos aporta un dato que nos debería hacer reflexionar sobre el devenir de la enfermería y su papel en el desarrollo de la Educación para la Salud, tan sólo un 25% de este equipo está formado por Diplomados en Enfermería. A lo largo de esta exposición se ha evidenciado que la Educación para la Salud es una tarea fundamental que compete a la Enfermería, que debemos estar bien formados para realizarla y lo más importante que su implementación depende en gran manera de nosotros mismos, los enfermeros. Así pues, no busquemos los problemas fuera, sino que tratemos de encontrar las soluciones dentro.

 

REFERENCIAS BIBLIOGRÁFICAS

1. Decreto Foral 148/86, de 11 de junio. Estructuras de Atención Primaria. Gobierno de Navarra.

2. Movilla Herrera JC, Martín Santos FJ. Consulta de enfermería para pacientes crónicos. Revista Rol de enfermería. Vol. 24, nº 6, pp. 467-471. 2001.

3. Insalud. Dirección Provincial de Madrid. Recomendaciones metodologiítas para elaborar un proyecto educativo. Madrid. 1999.

4. Villa Bruned J. La animación de grupos. Madrid. Escuela Española. 1998.

5. Real Decreto 1231/2001, de 8 de noviembre. Estatutos Generales de la organización colegial de enfermería de España, del consejo general y de ordenación de la actividad profesional de enfermería.

6. Ley 16/2003, de 21 de mayo, de cohesión y calidad del sistema nacional de Salud.

7. Ley 44/2003, de 21 de noviembre, de ordenación de las profesiones sanitarias.

8. Ley 55/2003, de 16 de diciembre, del Estatuto Marco del personal de estatutario de los servicios de salud.

9. Reglamento penitenciario. Sección 18. Artículo 324.

10. Revista Enfermería Facultativa. Año VIII. Nueva época. Nº 72 Abril. 2004. Pág. 6-10.

11. Echauri Ozcoidi M, Pérez Jarauta M J, Salcedo Migueliz M A. Estilos de vida. Protocolos para profesionales. Educación y comunicación en consulta individual. Navarra. Instituto de Salud Publica. 2000.

12. Fuentes P, Ayala A, Galán Martínez J I. Técnicas de trabajo en grupo. Madrid. Pirámide. 2000. 13. Aguilar Idañez M J. Como animar un grupo. Madrid. C.C.S. 2000.

14. Boletín Epidemiológico de Instituciones Penitenciarias. Vol. 8. Nº 7 junio-julio 2003.

15. Programa de prevención y control de la infección por VIH en el medio penitenciario. Madrid. Subdirección General de Sanidad Penitenciaria. 2000.

16. Pérez M J, Echauri M, Goya A. Curso de metodología para la salud grupal. Instituto de Salud Pública. Navarra. 2000.

17. Guía de Educación para la Salud en el Medio Penitenciario. Madrid. Subdirección General de Sanidad Penitenciaria. 2003.

 

CORRESPONDENCIA

Talleres Editoriales Cometa, S.A.
Ctra. de Castellón, Km. 3,400
50013 Zaragoza.

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